Yaiza Galán

Me llamo Yaiza Galán y soy escritora de fantasía.

Tengo 21 años y llevo desde los 12 aproximadamente escribiendo. En todo ese tiempo han cambiado muchas cosas, pero ha habido siempre un denominador común: escribía fantasía.

Recuerdo que este camino de mundos comenzó a ser mi pasión con la lectura de Donde los árboles cantan, de Laura Gallego. Yo ya escribía poesía, pero después de esa lectura algo cambió en mi corazón. Fue un sentimiento muy puro, un deseo como el de un niño, el clásico “yo también quiero”.

Empecé haciendo cosas pequeñas, relatos e historietas cortas que bullían en mi cabeza y necesitaba dejar salir. Aprovechaba cada oportunidad que tenía para escribir. Redacciones, tarjetas regalo, cualquier libreta, todo podía ser un lienzo y yo llevaba el pincel permanentemente pegado a los dedos. 

Al final, después de mucho dudar, comencé a escribir en wattpad. Al principio me encantaba, tenía una capacidad creativa que para mí era desbordante y que necesitaba sacar de mi cabeza, pero después me di cuenta de que el público de wattpad no era el que a mí me gustaba. Aspiraba a algo más serio y adulto, el mundo de las novelas en el formato que más me gustaba: el papel.

Seguí trabajando por mi cuenta, sin publicar nada o casi nada hasta que un día, me sequé. El comentario desafortunado del que siempre hablo y del que sin duda me acordaré toda la vida. “A tu edad todos escribíamos, pero eso nunca llega a nada”. Palabras que seguramente pasaron desapercibidas por todos aquel día, pero no para mí. Después de eso, estuve mucho tiempo sin crear nada que me gustara, sin poder acabar obras y sin poder enseñarlas. 

Cuando llegó la pandemia, me pasó algo raro. Una noche, mi creatividad volvió. Empezó a aparecer una pequeña idea en mi cabeza que nunca imaginé que podría llegar a ver impresa en papel. Un suspiro se coló en mi habitación, se apoyó en mi almohada y entró en mi cabeza mientras yo dormía. Durante días, estuve ignorándolo. Tenía que estar concentrada para estudiar y aprobar la selectividad, no tenía tiempo para historias tontas. Sin embargo, esta no era una historia tonta. Recuerdo que fueron noches las que estuvo en mi cabeza, rondando y creciendo en contra de mi voluntad. Agotada de luchar, me venció e hizo que con el corazón acelerado encendiera el ordenador. Era de madrugada, pero no estaba cansada, estaba llena de ideas y esas ideas estaban llenas de detalles, de vida.

No recuerdo cuánto tiempo estuve escribiendo aquella noche, lo que sí recuerdo es que me tuve que obligar a parar. Era como si todo ese tiempo sin escribir tuviera que ser recuperado en una noche.

Así fue como nació EL SUSPIRO DEL VIENTO, una novela de fantasía medieval dominada por el deseo de su protagonista de tomar las riendas de su vida y proteger a los suyos. 

Xanty se enfrenta a algo que nunca imaginó, pero aún con la presión de su familia, afrontará la situación de la mejor forma para conseguir salir ileso, encontrándose en el camino con amigos del pasado y bestias que pensaba que solo existían en los cuentos de hadas.